4:44 Le encontré encantado, perpetuo, de aspecto diminuto, de facciones intrigantes.
Permanecía allí como si supiese debía estar para ser respuesta. Permitió me acercase, permitió le tocase; no musito, tampoco se estremeció pero mi mano como acto reflejo de una acción que nunca debió ser ordenada tuvo que retirarse contrita de su rodilla.
Sabía que debía hacer, sabía debía preguntarle. Sabía, como si la intuición ese día fuese mas certera que nunca, él contestaría lo que aquejaba mi espíritu penitente.

Demasiado tiempo tomo organizar mi mente para que mi boca pronunciase por fin el resumen de mi desdén… ¿porque?
Esperé contestase, esperé me mirase, esperé, y… esperé.
No me rendiría, no desfallecería, permanecería allí hasta que mi respuesta fuese dada.
Era mi derecho, era su obligación, él debía explicarme.

Mientras el mundo pasó; la cólera llego, también se fue.
Mientras el mundo pasó; las lagrimas cayeron, también se secaron.
Mientras el mundo pasó la risa me inundo, también se desvaneció.
Mientras el mundo pasó el silencio se eternizó.
Mientras el mundo pasó mi respuesta, por fin llego, pero mi verde amigo jamás me contestó.  ¶ 5:34 p. m. 0 Comentarios